En la imagen podemos ver a Emilio Morenatti, fotógrafo de prensa, haciendo fotos en el hospital, tras haberle amputado un pie, después de un atentado en Pakistán.
Esta imagen me ha hecho reflexionar sobre porqué hacemos fotografías, y sobre todo por que no las hacemos. Cómo fotógrafo una de nuestras obligaciones debe ser documentar, no sólo la vida de los demás, también la nuestra. Eso equivale a alegrías y penas, el juego y el trabajo, el amor y el desamor... Hay un tiempo para todo.
Hemut Newton se fotografío constantemente antes y después de su operación de corazón a vida y muerte. Richard Avedon hizo lo propio fotografiando la decadencia día a día de su padre, diagnosticado enfermo de cáncer terminal.... Quizás como dice mi amigo Alfonso Vázquez, son una raza de fotógrafos aparte, aunque yo creo que en lo que en realidad hacen es mirar, observar, encuadrar y "disparar" a la vida de frente.
Hola Julián. Yo creo que la fotografía no refleja el que se estuviera autorretratando. Pienso que en tal situación, y conociéndolo en parte, la cámara si que le ayudaba en ese momento a olvidarse del presente por el que está pasando, la vida le ha cambiado, y seguramente, en el hospital, delante suya, abría un momento, que el pensó, "tengo que capturarlo", y las salas y los pasillos, dan muchas imágenes. Y eso lo se por la profesión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Rogelio: Realmente no sé que está encuadrando, tampoco me importa. Lo que me impresiona de ésta imagen, es el hecho del acto fotográfico. Tener ganas de hacer fotos, en una situación como ésta, es un claro signo de lo que significa la fotografía vocacional.
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