sábado, 13 de febrero de 2010

Ponencia en Málaga



 He impartido una ponencia sobre mi fotografía de autor en el tallerF11 de Málaga.

 La experiencia ha sido muy positiva, pues más que hablar de técnica, mi conferencia se ha basado en mi experiencia personal en el momento del disparo fotográfico y que he sentido o pretendido reflejar como resultado final en la fotografía. 

6 comentarios:

  1. Lastima. De haberlo sabido me hubiese llegado. Vivo al lado

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  2. Ya me gustaría impartir con mas frecuencia este tipo de cursos. En San Fernando, tengo dudas sobre si podría interesar este tipo de talleres a un número suficiente de alumnos que compense económicamente su realización.
    Mi experiencia docente, en el terreno aficionado y profesional, es que el alumnado lo que quiere es aprender técnica. En general piensan que conociendo la técnica, ya pueden ser fotógrafos. Y ser fotógrafo ES OTRA COSA. Por supuesto que la técnica y "los trucos" hay que dominarlos, pero eso sólo es un principio y no la base en que sustentarse.
    Me alegraría enormemente que hubiese muchas personas con tus inquietudes, pero tengo la impresión de que no son tantas. La cultura exige dedicación, esfuerzo y pasión, y esto, mucho mas en los tiempos que corren, desgraciadamente escasea.
    Aún así, dejo abierto este panel de comentarios, por si alguien quiere aportar algo.

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  3. Hola Julián.
    Siempre me he considerado culpable de lo que soy, para bien o para mal.
    Hoy en dia, y como tu bien dices, el fotógrafo profesional sigue demandando formación técnica, pero tendríamos que matizar muchos aspectos, como por ejemplo que esa querencia se basa en el aprendizaje de una técnica resuelta o lo que es lo mismo en la forma de como resolver una campaña. Nada más cercano a la pasividad y a la anticreatividad.
    Sabes que al igual que tú doy cursos en diferentes asociaciones, además de alguna empresa del sector, y cada vez me doy cuenta de que el problema ya no es sólo del alumnado sino también del docente.
    Particularmente me encuentro con el problema de no tener un base o una metedología para poder transmitir mis experiencias, y así crear un ejercicio dinámico e interesante.
    Por ello lo primero que demandaría sería una formación para formadores, y poder enfrentarnos a cualquier tipo de alumnado para crear ilusión basada en esa metodología.
    También creo que el aficionado aventajado cumple en la mayoría de las ocasiones con una formación mucho más cualificada que la de los profesionales del sector, parte de la culpa de que esto ocurra es que el profesional de la fotografía no se ha preocupado en ningún momento de buscar información del proceso evolutivo
    de la fotografía desde el punto de vista más cercano a su filosofía e historia, así como el conocimiento de sus personajes más destacados, simpre pensando en estudiarlos de manera que nos informaramos del porqué se expresaban así y que era lo que les empujaba a utilizar ese tipo de tratamiento y concepto.
    La fotografía ya no es un medio fácil para ganarse la vida, y en cambio cuando se vuelve creativa y cercana a los sentimientos si que es una forma de expresión que se codea sin problemas con las demás disciplinas artísticas, lo cual me hace pensar en una evolución fotográfica donde su fruto sean fotógrafos peculiares porque su estilo y su filosofía los hacen único.

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  4. El comentario de Rogelio es interesante, supongo que todos los docentes tendrán las mismas dudas, no obstante cuando tienes pasión por algo, esto al final terminas transmitiéndolo a los demás. Creo que un curso dado con todo el amor que sientes por lo que haces tiene mas valor que un curso de un súper especialista que puede saber una jartá pero que te deja frío. Si consigues transmitirle tu pasión a los demás, no es necesario hacerse demasiados planteamientos teóricos, tu labor habrá merecido la pena.

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  5. Razón tenéis los dos.
    Pasión. Palabra fácil de pronunciar y difícil de encontrar en nuestros semejantes.
    Demasiados cantos de sirenas y de ego.
    En mi opinión para enseñar no hace falta tener tanta metodología, sino más bien mucho amor (que cursi y que verdadero) por lo que uno hace y tener ganas y energía para transmitirlo.
    Vivimos tiempo de PLANITUD que no de plenitud.

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