Mi botín es un pequeño saco lleno de carretes.
Me he apropiado de la luz de la India y me la llevo a casa.
Primero, en total oscuridad, la emoción del revelado de las películas.
Después, con luz roja, la interpretación de lo que vi.
Un viaje es siempre el principio de algo.
18 días intensamente vividos, en un país habitado por 1300 millones de personas en un eterno equilibrio entre el bullicio y la religión.
Ahora en el aeropuerto, en el umbral de la noche, no estoy sólo: Poseo imágenes latentes.
Si acerco el oido, las escucho palpitar....
Maravilloso resumen. Me encantaria verlas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Miguel. El Domingo por la mañana estaré en La Linea, quizás tengas tiempo para tomar un cafecito...
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